Sí a la radio, sí a la confianza.
La necesidad de confiar en la información es más acuciante que nunca en el contexto de la pandemia de COVID-19, que afecta al mundo desde hace más de dos años. Esta urgencia de veracidad da a la radio un papel prominente en el combate a la emergencia frente a la avalancha de contenidos falsos que circulan sin control en las redes sociales.
Con más de un siglo de historia, la radio sigue siendo uno de los medios de comunicación más fiables y de mayor uso. A lo largo de los años, ha ofrecido un acceso rápido y asequible a la información en tiempo real y una cobertura profesional sobre asuntos de interés público, además de ayudar a garantizar la educación y el entretenimiento a distancia.
La necesidad de confiar en la información es más patente que nunca en el contexto de la pandemia de COVID-19 que afecta al mundo desde hace ya más de dos años. Y es esta urgencia de veracidad la que da a la radio un papel preponderante en el combate a la emergencia frente a la avalancha de contenidos falsos que circulan sin control en internet y las redes sociales.
Cuestión de vida o muerte
“La gente se ha dado cuenta de que la información correcta a veces es cuestión de vida o muerte”, dice Mirta Lourenço, jefa de la sección de Desarrollo de los Medios y Educación a los Medios y a la Información de la UNESCO.
Mirta Lourenço es también la coordinadora de las actividades del Día Mundial de la Radio, una jornada celebrada cada 13 de febrero para conmemorar la fundación de la Radio de las Naciones Unidas en 1946.
Con el lema “Sí a la radio, sí a la confianza”, este año la UNESCO quiere destacar que la gente espera de los medios información confiable y precisa que sea de utilidad pública.
El internet no tiene presencia en todo el mundo, la radio sí
En un mundo como el de hoy, donde hay tantas opciones de comunicación con las redes sociales y otros medios que la tecnología nos pone al alcance de la mano. ¿Cuál es la diferencia entre la radio y esos otros medios?
“A partir de los países desarrollados tenemos la idea de que todo sucede en internet y es cierto de alguna manera porque el crecimiento del mundo digital ha sido exponencial y aumenta año tras año. Unos 4000 millones de personas están conectadas, pero hay casi otros 4000 que no están. Nos da la impresión de que todo el mundo está montado en el mundo digital, pero la verdad es que en los países desarrollados sólo alrededor del 50% de las personas usan internet. Eso varía según vivan en una zona urbana o rural”, señala Lourenço.
UNESCO/Mirta Lourenço
El caso de Colombia es un ejemplo de estas afirmaciones, según lo expresa Jaime Andrés Monsalve, jefe de Contenidos Culturales y Musicales de Radio Nacional de Colombia.
“Colombia ha sido un país radial a lo largo de la historia debido, entre otras razones, a su muy escarpada geografía. Es el único medio que podía estar en todos los hogares en determinado momento y siempre de manera portátil. El alcance de internet en Colombia todavía es incipiente. Hay una democratización en las redes pero aún no en la cobertura de internet y mientras eso no ocurra, la radio seguirá siendo ese pionero en región”, apunta.
Además, la radio ofrece la posibilidad de desempeñar alguna otra actividad mientras se escucha y nos puede acompañar a casi todas partes, recuerda Mirta Lourenço.
“La radio sigue siendo una compañía esencial para todos independientemente del estilo de vida”, insiste.
Conexión personal
Esta relación cercana y personal con ese medio de comunicación brinda también elementos de confianza de los que carecen otros medios.
“La ventaja es que las respuestas de la radio no son anónimas, a diferencia de las redes, donde muchas veces son algoritmos”, subraya Lourenço.
La radio, en suma cuenta con la lealtad de mucha gente, una lealtad que las emisoras van ganando al estar al servicios de sus oyentes.
Mirta Lourenco explica que si bien las estadísticas muestran que hay desconfianza general sobre la información en los medios, “en el caso de la radio la gente sigue teniendo cariño, conexión personal e íntima con sus radiodifusoras locales o preferidas”.
“La gente establece cierto vínculo de confianza. Le tiene lealtad a las radiodifusoras que tratan de sus preocupaciones, de su vida cotidiana o de su música preferida”, abunda.
Reacción frente a la pandemia
Conscientes de esta confianza del público, las emisoras radiales reaccionaron muy rápido cuando surgió la pandemia y empezaron a difundir información de la Organización Mundial de la Salud, cuñas para alertar a la población y programas especiales sobre el tema.
Radio Nacional de Colombia, la radio pública colombiana, ilustra el papel que han tenido las emisoras durante la contingencia.
Con 63 frecuencias y una cobertura de 85% del territorio, su programación adoptó una temática consecuente con los tiempos que corren, destaca Jaime Andrés Monsalve, jefe de Contenidos Culturales y Musicales.
Redes sociales y falta de rigor periodístico
Jaime Andrés lamenta la desinformación que se propaga a través de la redes sociales.
“Es una ola invasiva que hace que a veces sea más creíble una cadena de WhatsApp que lo que los medios de comunicación debidamente enterados, que hacen filtro y confrontación de fuentes. A veces a esos medios no se les cree tanto como a lo inmediato e inmediato falso”, puntualiza.
Acota que su informalidad y falta de rigor periodístico no contrarresta la tendencia del público a creer todo lo que se publica en la redes.
El jefe de Contenidos atribuye en parte esta falta de confianza “a la facilidad con que se puede llegar con una información falsa a toda una comunidad”, muchas veces proveniente de fuentes con intereses propios o creados.
Jaime Andrés expone que, no obstante el papel que la radio ha tenido desde su surgimiento en Colombia, en las ciudades la gente terminó confiando más en las redes sociales que en otros medios por considerar que había sesgos, “que sí los hay”, reconoce.
“La gente se volcó a las redes sociales pese a historia radial del país, donde los medios de comunicación grandes pertenecen a conglomerados económicos que tienen que ver con intereses empresariales y políticos”, argumenta.
Pero en los medios públicos como Radio Nacional de Colombia, las dinámicas son diferentes y la gente acude a ellos cansada de lo que informan los medios privados.
Papel pedagógico
Durante la pandemia, la radio pública ha cobrado un viso pedagógico muy importante, asegura.
“Primero, cuando inició la pandemia, para que la gente entendiera la importancia de cumplir a rajatabla con las reglas impuestas que tenían que ver con un confinamiento, con no salir de casa más que a lo estrictamente necesario. Hubo una pedagogía muy importante por parte de la radio, especialmente la pública, para que eso quedara fijo en la mente de la gente”.
Luego, cuando el confinamiento obligó a los niños a quedarse en casa y tomar clases virtuales, dedicó algunas de sus franjas a hacer refuerzos educativos.
Jaime Andrés aclara que esta primera reacción se ha ido transformando.
“En este momento seguimos recordándole a la gente la necesidad de continuar protegiéndonos. Hacemos una especie de pedagogía en la que se explica a la gente la necesidad de no bajar la guardia, que si bien la situación social se ha normalizado hasta cierto punto, no podemos dejar de usar el tapaboca, ni de lavarnos las manos, ni de mantener una distancia en lo social”, plantea.
Esta tarea se lleva a cabo con cuñas, promos, campañas que salen cada cierto tiempo en los programas.
“Tenemos una franja que siempre ha sido de servicio al ciudadano que se llama “contacto directo” en la que siempre hay un experto que dé más información, cuente cómo van las cosas y que le insista a la gente en que tenga mucha precaución a la hora de salir a la calle, ir a eventos públicos, y que inste a vacunarse a quienes no lo hayan hecho”, agrega.
Siempre presente
Desde sus primeras transmisiones a principios del siglo XX, la radio ha evolucionado a la par del mundo manteniendo siempre una vocación de servir e informar a sus audiencias y ha conseguido llegar a todos los rincones del planeta en parte, gracias a su ubicuidad.
“La radio sólo necesita un micrófono y está ahí cubriendo la bomba que acaba de explotar, la inundación de alguna zona, los resultados del partido de futbol del estadio local. La radio no necesita un equipo entero de personas con cámara para reportar lo que sucede y puede dar la información en distintas lenguas con más facilidad que cualquier otro medio, con menos costos. Es ubicua, está en todos lados para el oyente y para reaccionar rápidamente en situaciones de urgencia o de noticias de último momento. Se gana la confianza de la gente y tiene la capacidad de representar a las minorías, las diversas lenguas, de ser portavoz de la diversidad cultural”, resalta Mirta Lourenço.
Además, hoy echa mano de los diferentes dispositivos, formatos e innovaciones tecnológicas para seguir informando y divirtiendo a su público. Los podcasts y los sitios web multimedia son un ejemplo.
Por: NOTICIAS ONU