Economía colombiana: ¿qué tan conveniente sería dolarizarla?.
Ante la depreciación del peso colombiano hay quienes sugieren reemplazar la moneda local por la estadounidense en la economía. Riesgos, pros y contra.
El dólar sigue sin techo. En las últimas semanas, el ritmo de desaceleración del peso colombiano ha aumentado, mientras la divisa estadounidense se fortalece en el mundo y la moneda local cae a mínimos históricos.
Además de la depreciación del peso, que afecta a grandes negocios y merma la capacidad adquisitiva en la economía colombiana, el dólar tiene una alta influencia en Colombia debido a que todos los negocios de comercio exterior que se hacen en el país se manejan bajo la figura de los términos de negociación internacional (Incoterms), que se transan en dólares, lo que hace que Colombia esté atado a los efectos del dólar y su precio en el mercado internacional.
Sumado a eso, el país tiene una deuda externa muy alta con EE. UU., que debe pagarse en dólares, y hay una alta dependencia del billete verde por las emisiones de bonos TES, en Wall Street, entre otros factores.
Frente a este panorama hay quienes sugieren que una de las alternativas para evitar los efectos de la volatilidad es dolarizar la economía, tal y como lo han hecho varios países del continente, como Panamá, Ecuador, Argentina y la misma Venezuela, en donde cada vez se usan más dólares en su economía formal e informal.
“En Venezuela existen varias divisas. Está el petro (moneda digital), el bolívar, el dólar, entre otros, pero casi todos prefieren manejar sus negocios en dólares porque es la moneda que más fuerza les da respecto al contexto internacional”, explica Jeisson Balaguera, director ejecutivo para Values AAA.
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Aunque a simple vista esta opción resultaría la más conveniente, pues supone operar bajo una moneda más fuerte y evitar la volatilidad, existen grandes riesgos asociados, como perder la política monetaria, es decir, no emitir dinero local (peso colombiano) ni cambiar la tasa de interés, lo que supone restringir la capacidad del Banco de la República de adoptar políticas monetarias anticíclicas o, en el peor de los casos, acabar con el Emisor.
Otra de las razones es que la economía colombiana no ha tocado fondo (no estamos en quiebra), como ocurrió en otros casos cercanos. Y que fue la razón por la que Argentina llegó en los 90 a la convertibilidad peso-dólar; por la que Ecuador comenzó el año 2000 con la desaparición del sucre y por la que Venezuela ahora se dolarizó por debajo de la mesa.
No. Este no es el caso de Colombia, pues es una de las economías que viene con mayor crecimiento y, justamente, el aumento del precio del dólar puede dar más competitividad a las exportaciones de la industria, sector que está aumentando su producción de manera más dinámica.
¿Buena oportunidad?
Junto con la quiebra, los países que han amarrado sus economías, en algún momento, al dólar, también sufrieron un fenómeno que Colombia no conoce: la hiperinflación.
Para los economistas, adoptar la dolarización en un país responde a la incapacidad de esa economía para mantener su credibilidad y la de su moneda.
“No creo que dolarizar la economía sea conveniente en este momento. Esta decisión se toma cuando un país tiene serios problemas hiperinflacionarios. Ese es el remedio fuerte ante esta situación. Y, claro, aunque Colombia está sufriendo un problema de inflación no es un tema de emergencia. Este remedio es tan fuerte que tiende a funcionar bastante, pues ayudaría a controlar la inflación y quita el dolor de cabeza del resto de efectos del dólar, pero en contraprestación está el tema de sacrificar la política monetaria”, señaló Felipe Campos, gerente de inversión y estrategia de Alianza.
Agrega que la tasa flexible del dólar tiene la particularidad que puede ayudar en otras cosas pues le da un dinamismo a la economía.
De acuerdo con un estudio llamado ‘La dolarización financiera: experiencia internacional y perspectivas para Colombia’, elaborado por Carlos Eduardo León Rincón y Alejandro Reveiz, en la actualidad no parece haber incentivos para dolarizar la economía.
Entre las razones que entrega el estudio está que el peso es una moneda que cuenta con la confianza de los agentes de la economía, soportada por la credibilidad de la autoridad y la política monetaria.
Además, para el público en general, que en promedio tiene ingresos bajos y mediobajos en pesos y sus egresos son en pesos, no existe incentivo para adoptar una estrategia de diversificación.
“Para la parte del público con ingresos altos y medio-altos, que tienen un incentivo para adoptar una estrategia de diversificación, ya existen mecanismos que así se los permiten, tales como activos denominados o indexados en moneda extranjera, así como la posibilidad de abrir cuentas en el exterior”, explica el informe.
Según las conclusiones del estudio, la economía colombiana goza de una moneda y una autoridad monetaria creíble, por lo cual la posibilidad de que se dolarizase la economía es poco probable.
Además, los costos de la dolarización financiera, entre los cuales se cuentan una mayor vulnerabilidad de la economía y los efectos en la credibilidad y autonomía de la autoridad monetaria, serían cuantiosos e inconvenientes.
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