Los nuevos rostros del arte joven en Antioquia: las obras que conquistaron la 10ª Bienal de Comfenalco
Comfenalco Antioquia celebró la 10ª edición de su emblemática Bienal de Arte Joven, un evento que durante más de tres décadas ha impulsado el talento emergente en las artes plásticas y visuales de la región. Este 2025, la Bienal volvió a ser una fiesta de creatividad, reflexión y comunidad, reafirmando que el arte también es bienestar.

Desde su primera edición en 1991, en la Biblioteca Pública Comfenalco Castilla, la Bienal se ha convertido en una plataforma clave para visibilizar a jóvenes artistas de los 125 municipios del departamento. En esta versión se recibieron 184 propuestas artísticas, de las cuales fueron seleccionadas 22 obras y una microresidencia artística en el Centro de Desarrollo Cultural de Moravia. Tres propuestas sobresalieron por su fuerza creativa y sensibilidad social, llevándose los primeros lugares.
La obra ganadora, “Entre líneas”, del artista Anturio Toro, explora la vida en los inquilinatos del centro de Medellín a través de una instalación gráfica que combina dibujo, papeles, cinta adhesiva y una intervención en tiza. Inspirado en los patrones lineales del popular colchón de rayas azules y los registros de pago de los residentes, Toro crea una poética visual que revela las dinámicas de precariedad y transacción que atraviesan estos espacios urbanos. Con 15 dibujos en técnicas mixtas, la propuesta invita a mirar de cerca lo cotidiano, aquello que muchas veces se esconde entre líneas. El artista recibió un estímulo de $11.000.000 por su creación.

La artista Lina Marcela Castañeda obtuvo el segundo puesto con “Pespuntes”, una obra que entrelaza arte y activismo. A través del bordado, la serigrafía y la escritura, Castañeda reconstruye las memorias de resistencia de las obreras de IAS en Itagüí, mujeres que enfrentaron condiciones de explotación laboral y vulneración de derechos. El pespunte, técnica de costura que da nombre a la obra, se convierte aquí en una metáfora poderosa de unión y memoria colectiva. Con la colaboración de Rosalba, una antigua obrera, el proyecto teje un archivo textil que resignifica la lucha desde la creatividad y la esperanza. La propuesta fue reconocida con un estímulo de $8.000.000.
El tercer puesto fue para José Alejandro Gómez Majé, con su obra “Gallo enterrado”, una instalación que se sumerge en la vida comunitaria de La Playita, un territorio moldeado por el río Medellín en Moravia. Allí, el artista transforma el fútbol en un ritual simbólico, donde el grito de “¡GOOOL!” emerge como un canto de resistencia y pertenencia. Entre agua, arena y memoria, el cuerpo semienterrado del jugador representa la voz colectiva que busca ser escuchada. La pieza, de profunda carga social y estética, recibió un estímulo de $5.000.000.
Más allá de los premios, la Bienal sigue consolidándose como un proceso vivo que impulsa el arte joven, fomenta la reflexión social y fortalece los lazos entre comunidad y territorio. Las 19 obras restantes de esta edición estarán expuestas hasta el 28 de noviembre en diferentes espacios culturales del Valle de Aburrá, invitando al público a recorrer, sentir y dialogar con las múltiples miradas del arte emergente antioqueño.
Comfenalco Antioquia, con 68 años de historia, reafirma su compromiso con el arte como una forma de bienestar y desarrollo humano. Porque el arte no solo se contempla: también se vive, se comparte y nos transforma.





