El peligro para la salud de las conductas de riesgo que se viralizan.
Desde plataformas como Instagram o TikTok se difunden conductas peligrosas para la salud, como retos para ver quién pierde más peso, hace más sentadillas o come menos en un día.
Nos pasamos la mitad o más del día observando imágenes y vídeos en plataformas como Instagram o TikTok; tanto tiempo invertimos que nos hemos acostumbrado a ver conductas peligrosas para nuestra salud sin pestañear, incluso las hemos normalizado. Desde estas plataformas se muestran sin ningún pudor, y a ritmo de música pegadiza, conductas peligrosas, retos para ver quién pierde más peso, hace más sentadillas o come menos en un día. Es terrible, sobre todo porque todo esto está al alcance de niños y adolescentes en estas redes sociales.
Nada de esto es nuevo. Siempre ha habido medios que divulgaban conductas peligrosas como, por ejemplo, blogs que hablaban de la anorexia y la bulimia desde un punto romántico e idealizado, e incluso mantenían foros para reclutar a más chicas, principalmente, compartiendo sus trucos para enfermar más cada día y alejándolas de la realidad.
Pero actualmente, y más desde la pandemia, en las redes sociales se pueden ver vídeos de chicas -esto afecta más a las mujeres, aunque cada vez cala más en el sector masculino- compartiendo un diario para comer lo mínimo cada día, ideas para purgarse, autolesiones… Prácticamente, es como ver una serie de autodestrucción a tiempo real. Las protagonistas de estos vídeos cuentan a menudo como cada día sentían la presión de crear contenido y compartirlo el día a día de su enfermedad y de su caída en picado. Eso sí, no se os ocurra enseñar una teta, que la cancelan por contenido inapropiado.
Ahora que la salud mental es la nueva preocupación desde la pandemia, algunas modelos e influencers han querido acercarse al resto de los mortales, subiendo fotos donde no lucen tan perfectas. Como, por ejemplo, una comparativa de tripa relajada, que puede verse mínimamente abultada, frente a cuando meten tripa para fotos y eventos. Aunque la intención sea buena, la diferencia entre ambas fotos resulta casi nimia, por lo que a los ojos del que ve esta comparativa lo que genera es frustración. ¡Por favor, eso no es una tripa abultada, por mucho que la modelo se esmere en sacar panza! Acaba siendo una práctica bastante ridícula, porque la mayor parte de estas mujeres no tiene tripa ni llenándola con aire a presión, pero el resto de quienes que vemos esta comparativa nos sentimos frustradas porque no encajamos en ninguna de las fotos.
Otra práctica que se puso de moda, y no cesa, es que los muslos no se rocen como muestra de delgadez; debe de haber una especie de arco entre ambos muslos. Si nos rozan, es que nos sobra peso y no estamos haciendo las cosas bien. Si te rozan, toca ponerse manos a la obra a adelgazar o hacer deporte, hasta que tus muslos creen un arco donde cualquier contacto entre ellos sea imposible. ¿De dónde ha salido esto? No lo sé, pero es una práctica popular que indica que estás en el lado bueno o en el equivocado de la vida. Que los muslos rocen no tiene que ver exclusivamente con el peso corporal, sino con la fisionomía de cada uno pero, como siempre, a la incomodidad de que te ocurra se acaba sumando la culpabilidad por no tener ese cuerpo perfecto donde los muslos solo se rozarían en una realidad paralela.
Otro tipo de publicación que no suma nada más que frustración es la de hacer un vídeo o un post de lo que se come o se entrena en un día. Esta práctica no es exclusiva de modelos e influencers, sino que también es algo que hacen entrenadores personales y nutricionistas. En principio puede parecer que es inofensiva, pero si alguien que tú consideras que es un referente en alimentación, deporte o moda, te enseña lo que come en un día o lo que entrena, lo normal es que creas que como mínimo tu rutina debería ser similar a la suya. Eso sin tener en cuenta todo lo manipulado que puede estar ese contenido. ¿Por qué no es muy sospechoso, que toda la alimentación de ese día y su entreno sea tan perfecta?
Este tipo de contenido genera comparación: se tiende a pensar que hay un modelo único de alimentación y deporte, mientras que ambas deben de ser personalizadas y adaptadas a las circunstancias de cada uno. Siempre lo comento, pero para una persona que está pasando por un trastorno de la conducta alimentaria (TCA), un día perfecto en su alimentación es aquel en el que se atreve a comer ese alimento que tanto miedo le da, aunque no sea especialmente nutritivo, mientras que para alguien que no come nunca fruta, su logro será tomar ese día al menos una pieza.
Es importante que revisemos el contenido de lo que vemos. Si sigues cuentas que te hacen comparar tu cuerpo, te generan culpa o te frustran, hay que dejar de seguirlas por preservar la salud mental. Y si eres una persona que puede generar cierto o mucho impacto, ya sea por tu profesión, por tu fama, cuida mucho el mensaje que das, y el contenido que subes, aunque puedas apelar a la responsabilidad del otro, ta que tú también tienes responsabilidad sobre el contenido que compartes. Y si eres padre, o madre, tutor, o tía, como en mi caso, supervisa el contenido que consumen los menores a tu cargo. Os aseguro que en mi consulta veo trastornos que comenzaron de la forma más inocente, pasaron desapercibidos porque comenzaron como algo saludable, comer algo mejor, moverse más, todo movido por presión social y acabó yéndose de las manos. Porque siempre se va.
Por: ELPAÍS