Antioquia tiene más de 100 nuevas familias caficultoras con corazón ambiental.
· Más de 100 familias caficultoras de los municipios de Liborina, Pueblorrico, Guadalupe, Caicedo y Anzá se vieron beneficiadas con sistemas de tratamiento de aguas mieles, procesadoras de pulpa de café y siembra de árboles nativos.
Con éxito cerró el segundo Convenio Caficultores con Corazón Ambiental entre Corantioquia y la Federación Nacional de Cafeteros, a través del Comité Departamental de Cafeteros de Antioquia. Que tuvo como propósito la transferencia de tecnologías para la adopción de buenas prácticas ambientales en el sector cafetero y así, mitigar los impactos ambientales de la caficultura antioqueña.
De esta manera la autoridad ambiental y la Federación le hacen frente a los retos ambientales que trae consigo el final del ciclo productivo en las fincas cafeteras, estos son: la pulpa luego del despulpado y las aguas mieles resultantes del lavado del café. El mucílago presente en estas aguas tiene un alto grado de contaminación, el cual llega a ser entre 60 a 240 veces superior a las aguas residuales domésticas, generando un alto impacto ambiental sobre los suelos y fuentes hídricas.
En la etapa 2023, se realizó la instalación de 109 composteras o procesadoras de pulpa de café, 109 sistemas de tratamiento de aguas mieles del café o, conocido por sus siglas como STAM, la siembra de 7.630 árboles nativos y el registro de usuario del recurso hídrico, junto con la gestión del permiso de vertimientos para los caficultores que no lo tuvieran.
Los resultados del adecuado uso de los sistemas, representan grandes beneficios para los caficultores como lo son: lograr la disminución de las afectaciones por los olores de las aguas mieles en descomposición, transformar los residuos de la pulpa en abono orgánico, la posibilidad de acceder a certificaciones y así abrirse a nuevos mercados, ser formal dentro del sector y dar cumplimiento a la normatividad vigente; lo que finalmente, se puede traducir en mejores ingresos para los caficultores.
Los beneficiarios del convenio fueron pequeños productores de café que tuvieran una producción menor a 300 arrobas de café pergamino seco al año, ubicados cerca a microcuencas abastecedoras de acueductos veredales, con cédula cafetera y comprometidos con el cuidado y buen manejo de los sistemas entregados. La estrategia educativa se basó en capacitar uno a uno a los caficultores y en la entrega de material didáctico para la recordación de información clave.
Así se avanza en los propósitos de sostenibilidad de ambas entidades comprometidas con la caficultura antioqueña, que recordemos representa el 15% de la producción nacional, reúne a cerca de 77 mil familias cafeteras, en 94 municipios, sumando 114 mil hectáreas de café en Antioquia.