Día Mundial contra la Depresión, una lucha de todos.
Cada 13 de enero se conmemora esta fecha para recordar la importancia de la salud mental y el cuidado oportuno frente a este tipo de enfermedades.
Considerada como una de las enfermedades de salud mental con mayor incidencia en lo corrido de los últimos años. La depresión, un trastorno mental que se caracteriza por los bajos estados de ánimo y la tristeza, representa uno de los mayores riesgos para la humanidad.
Sin distinguir formalmente los rangos de edad o las condiciones sociales, esta patología clínica puede llegar a ser crónica y en ocasiones degenerativa. Además, esta no solo es capaz de afectar a quien la padece, sino que el entorno de familiares y amigos también se puede ver comprometido.
La patología es una de las más frecuentes dentro de la atención primaria y es la primera causa de atención psiquiátrica y de discapacidad derivada de problemas mentales. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las mujeres y los menores de 45 años son el grupo poblacional más propenso a padecer depresión. Sin embargo, esta estadística no es un determinante puesto que también depende mucho de los factores culturales y recientemente del tipo de contenidos que se consuman a través de redes sociales, ya que estos en un mal momento pueden llegar a convertirse en un detonante.
En entrevista con EL HERALDO, Marlis Cardona, psicóloga y magister en intervención psicosocial, mencionó que algunos de los síntomas más frecuentes con los que se puede identificar la depresión se relacionan con el autoestima.
“La depresión, como muchas patologías, se ve de diferentes formas. Pero de las principales son: que la persona se note triste, vacía, que llora con facilidad. Ha perdido el interés por las actividades o cosas que antes le atraían. Aumento o pérdida del apetito o peso”.
Por otra parte, Cardona añadió que también pueden existir dificultades a la hora de conciliar el sueño, fatiga o incluso pérdida de energía.
“Entre los otros síntomas se pueden incluir igualmente la disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o para tomar decisiones, casi todos los días. Todo esto, pero adicional hay que observar si hay pensamientos de muerte recurrentes. No porque se tenga depresión, debe relacionarse directamente con riesgo inminente de suicidio, por ejemplo, porque no se ve de la misma forma en cada persona”, explicó la especialista.
Solución y atención profesional
Relacionado con las soluciones para este problemática de la depresión, la experta dijo que estas deben ir enfocadas a tener valor diferencial y debe ser adaptable a las necesidades propias de cada paciente.
“Las ‘soluciones’ van enfocadas, teniendo en cuenta los diferentes factores en cada persona. Pero de manera general sería muy útil que la persona decida buscar ayuda profesional y tener una red de apoyo, eso hace una gran diferencia y de alguna manera asegura el ‘éxito’ en el proceso de recuperación”.
Sobre la necesidad de buscar apoyo en profesionales Cardona dijo que “no hay que esperar llegar a un punto extremo para comunicar. Tenemos personas que se preocupan por nosotros y debemos ser sinceros si sentimos que podemos llegar a estar al borde o en peligro”.
La necesidad de escuchar
Brenda Gutiérrez, psicóloga especializada en intermediación digital mencionó que a pesar de que la depresión es una enfermedad de salud mental que puede afectar a cualquier persona, los adolescentes sí suelen ser un grupo poblacional más vulnerable.
“En algunas etapas como la adolescencia o incluso la vejez, suelen ser momentos críticos y en los cuales puede existir mayor prevalencia, y esto puntualmente sucede porque ambos son momentos en la vida en los cuales la carencia o la sobrecarga de experiencia, el tiempo libre o el no tener un futuro definido puede jugarnos en contra y llevarnos a cuadros depresivos”.
Respecto al entorno en el que se desarrolla una persona con depresión la psicóloga mencionó que este es uno de los factores más importantes, ya que familia y amigos deben representar apoyo.
“Más allá de dar recomendaciones es necesario desarrollar mucha empatía, amor y escucha para esa persona. No desde la justificación de todos sus actos, pero sí para entender qué es lo que necesita, por qué se siente de esa manera y preguntar qué se necesita en ese momento. Muchas veces el círculo inmediato no va a poder tener las respuestas a todas las situaciones que aquejen a la persona, pero sí pueden ser de gran ayuda el poder escucharlos”.
Por: EH