Catar y sus absurdas leyes contra las mujeres.
Por: CARLOS VILLADA DUQUE
Críticas hay muchas, pero Catar sabe como suavizarlas con políticas que no tienen parangón, los ciudadanos cataries reciben salarios generosos, la educación y la excelente atención sanitarias son gratuitas y no hay impuestos. A las mujeres no se les permite tener una relación sin un certificado de matrimonio, en caso de embarazo fuera del matrimonio, las cataries no solo se enfrentan al ostracismo social, sino también que se exponen a penas de prisión, tampoco tienen derecho a asistencia médica.
Si una mujer se quiere realizar una prueba de embarazo, tiene que estar casada; las mujeres en Catar son ciudadanas de segunda clase, están sujetas a la tutela masculina y no pueden decidir sobre sus propias vidas. Dependen de la buena voluntad de su padre, marido o hermano para casarse, estudiar, trabajar o viajar. Por debajo de una edad, las mujeres necesitan el permiso de una figura femenina para poder viajar. Si una mujer catarí se casa con un extranjero, sus hijos no obtienen beneficios del estado, ni la ciudadanía; en cambio los hijos de un catarí casado con una extranjera, si obtiene esos beneficios.
A las mujeres no se les permite estudiar en el extranjero, el echo de que las mujeres estén sujetas al yugo masculino, les resulta cada vez más incomprensible, lo mismo que sucede con los hombres, que pueden tener cuatro esposas al mismo tiempo.
Catar la tiene clara, su mejor forma de callar sus abusos contra las mujeres y trabajadores del mundial, son sus petrodolares.