El milagro de Fabricato: así logró la reconocida textilera colombiana salir de la crisis.

Fotos © Diana Rey Melo / Forbes


Con la directriz de poner en orden la casa, Gustavo Lenis ha sacado de la crisis a Fabricato, una de las textileras más grandes de Colombia. El empresario ha recobrado la confianza de los accionistas y ahora, tras entregar buenos resultados, busca transformar la organización con nuevas telas, más exportaciones y nuevos destinos.

Hasta mediados del 2020 a Gustavo Lenis se le conocía por su perfil técnico en la industria aérea y automotriz. Había trabajado en Avianca, en Hyundai e incluso llegó a ser funcionario público al aterrizar en la dirección de la Aeronáutica Civil. Sin embargo, fue justamente en plena pandemia cuando aceptó llevar las riendas de una de las empresas textiles más antiguas de Colombia: Fabricato.

Su nombramiento se dio el 27 de julio del 2020 unas horas después de conocerse la renuncia del entonces presidente Carlos Alberto de Jesús. Lenis, oriundo del Valle del Cauca, aterrizó en Medellín con los vientos en contra, pero con la promesa de darle un nuevo futuro a una organización que para entonces registraba números en rojo y se encontraba sumida en una crisis que se agudizó con la pandemia.

Y el reto era gigante: en 2019 la empresa venía de registrar pérdidas por $10.140 millones; para julio del 2020 ya se veían números en rojo de $8.974 millones y para entonces la crisis en el sector no mostraba un camino claro de recuperación. No obstante, se trataba de un voto de confianza de la junta directiva, que para ese momento indicó que con Lenis se buscaría un Fabricato que perdure por 100 años más.

Fotos: Diana Rey Melo.

“Tuvimos que llegar a organizar un poco la casa”, revela Lenis, de 62 años, en una entrevista con Forbes. “Se hizo un profundo análisis del portafolio para determinar qué nos servía y qué no. Ahí hubo que plantear renuncias dolorosas, pero necesarias. Tomamos decisiones sobre el portafolio, simplificamos los procesos y unificamos telas. Nos pusimos unas metas y eso generó una reducción de costos importante y una mejora en el margen”.

Como un ave fénix, Fabricato renació entre las cenizas en menos de dos años de la mano de Lenis. La organización volvió a entregar números positivos a los accionistas y recobró la confianza del mercado en medio del declive de Coltejer, que en mayo solicitó ante el Ministerio de Trabajo un permiso para realizar un despido masivo ante las dificultades financieras y operativas para continuar.

Con Lenis comandando el barco, Fabricato reportó en 2021 ingresos por $409.313 millones, un 55% más que en 2020 cuando cerraron con ventas de $263.916 millones a causa del duro golpe de la pandemia. De hecho, los buenos resultados continuaron y este año, en el primer semestre, lograron niveles de ventas que no se venían desde 2013 ($235.026 millones), con unas ganancias netas de $5.109 millones, las más altas de últimos cinco años.

¿Cómo lo lograron? “Nos enfocamos en producir otras líneas e innovar. Hemos desarrollado telas que antes no hacíamos, entonces yo creo que ha sido ha sido producto de unas decisiones normales que hemos tomado”, detalla el empresario, quien releva que esta es ahora una empresa capaz de producir textiles especializados, con alto valor agregado.

Nuevos negocios

Fundada en 1919, Fabricato ha sobrevivido a varias crisis y hoy se enfrenta a un entorno global complejo, en medio de una crisis de suministros, una alta inflación y la volatilidad del dólar. La empresa ya no solo depende de las unidades del negocio textil, sino además ha logrado diversificar su portafolio en los últimos años con negocio inmobiliario que le ha permitido seguir creciendo.

Vienen retos importantes, como ubicar la fabricación nacional en el mundo actual. Hay muchos espacios para crecer en telas -por ejemplo- industriales o especializadas. De hecho hemos visto que hoy en día hay un desarrollo frenético en el mundo textil”.

GUSTAVO ALBERTO LENIS, PRESIDENTE DE FABRICATO.
Fotos: Diana Rey Melo.

Cuenta Lenis que están haciendo esfuerzos en los dos frentes, pese a que de fondo el plan de negocios actual se centra en avanzar hacia el desarrollo de nuevos productos y aprovechar lo que ellos llaman ‘recuperado’, que, en otras palabras, es apostarle a la economía circular para volver a hacer hilos a partir de ropa usada.

“En el último año y medio hemos montado una línea completa de recuperado. Estamos utilizando ropa usada, volviendo a hacer hilo y volviendo a tejer. Tenemos 18 rotores produciendo hilos y haciendo telas, y podría decir que es una de las líneas más grandes que se ven en el país”, revela a Forbes.

Socios de Estados Unidos ya se han visto seducidos por este tipo de ‘hilos recuperados’, por lo que Lenis confirma que se prevé un aumento de las exportaciones en los próximos meses. A eso se suma que ya la empresa está fabricando telas 100% de poliéster e incluso avanzando para procesar fibra de cáñamo (cannabis), de banano o de fique.

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En la línea de recuperado, confirma, se han invertido más de $14.000 millones. Con este nuevo negocio, así como los que están en desarrollo, Fabricato apunta a que el 40% de su producción total sea vendida al exterior. Hoy todavía están en alrededor del 18%, por lo que toda esta serie de planes en ejecución van encaminados a dinamizar el mercado de telas posconsumo, un producto que tiene una alta demanda por confeccionistas internacionales.

“Vienen retos importantes como ubicar la fabricación nacional en el mundo actual. Hay muchos espacios para crecer en telas –por ejemplo– industriales o especializadas. De hecho, hemos visto que hoy en día hay un desarrollo frenético en el mundo textil y eso nos lleva a seguir buscando telas con valor agregado”, concluye.

No todo lo que brilla…

Lenis dice que Fabricato es una empresa en constante evolución, con oportunidades dentro y fuera de Colombia. Sin embargo, para nadie es un secreto que en los últimos años la industria textil ha enfrentado retos estructurales que la han puesto a pender de un hilo.

Fotos: Diana Rey Melo.

Camilo Rodríguez, presidente de la Cámara Colombiana de Confecciones y Afines (CCCA), explica que la masiva importación de producto terminado, los nulos aranceles a materias primas y el contrabando han puesto en jaque a varias empresas de toda la cadena.

“Por eso el sector está pidiéndole al Gobierno que haga unas normas que cuiden la industria nacional y los empleos. Es necesario que se generen condiciones para que la industria no sea afectada por la importación países de Asia”, dice.

El encadenamiento productivo va desde el cultivo de algodón, la elaboración del hilo, la confección y llega a las tiendas de ropa. Uno de los principales flagelos, dicen Rodríguez y Lenis, es que las empresas de cada uno de los eslabones se enfrentan al contrabando, lo que genera que no se tengan las reglas de juego claras para todo el negocio.

“Hemos solicitado que el contrabando no sea visto como un tema aislado, sino que sea visto como un tema de seguridad nacional que afecta al orden social y económico del país”.

CAMILO RODÍGUEZ, PRESIDENTE DE LA CCCA.

“Tenemos que defender la cadena, que es hasta la prenda final. La Cámara de Confecciones dice que deben eliminar los aranceles del hilo, pero eso es una locura. Lo que se debe hacer es trabajar todos bajo un mismo propósito”, confirma Lenis.

Cifras de la Cámara Colombiana de Confecciones y Afines estiman que la industria genera alrededor de 1,5 millones empleos entre formales e informales, siendo el 90% madres cabezas de familia. Las peticiones entonces son claras y van en línea a proteger la industria nacional y los millones de puestos de trabajo que se ponen en riesgo si se aumenta la ilegalidad en el sector.

De acuerdo con Lenis, esta es una de las industrias que más aportan en puestos de trabajo. “Nosotros teníamos una historia en el sector de confección y ha sido difícil recuperar eso. Ahí vamos y con todo el cambio de mentalidad en las Américas, se ha vuelto a buscar a México y Centroamérica”, concluye.

Por ahora la industria en general solicita que se consolide una política industrial que les permita volver a los años gloriosos, en los que incluso se vuelva a cultivar algodón. Esto le permitiría a Fabricato, por ejemplo, ser más competitivo ante el mundo y acelerar sus exportaciones, tal y como lo confirma Lenis. No obstante, mientras eso sucede, la apuesta será diversificar los portafolios, lograr eficiencia en costos y seguir tocando puertas con un telas ‘made in Colombia’.

Por FORBES

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