Máquina de rentabilidad: el paisa que no para de crear empresas.


El emprendedor serial colombiano Santiago Botero, luego de vender Finsocial -la fintech de créditos que aún sigue liderando-, se ha aliado con pesos pesados para robustecer la company builder SBO Lab, con la que ha demostrado que sabe crear empresas exitosas en múltiples industrias. A futuro, planea salir a buscar recursos en la Bolsa de Nueva York.

En vez de ponerse a esperar el ascensor, Santiago Botero Jaramillo se apresura para usar unas oscuras escaleras para moverse entre varios pisos que tiene rentados, no para una, sino para varias de sus empresas, todos con vista panorámica de Barranquilla.

“No sé cuál es mi cima, porque no sé dónde voy a llegar”, dice Botero de 49 años, en su recorrido, en el que va saludando a todo el que se encuentre, desde los porteros y la señora de servicios generales, hasta analistas de cobranza y los líderes de su equipo gerencial. Si no ve a alguno en su oficina, pregunta en voz alta: ¿Dónde está?, porque quiere presentarlos.

Botero crea empresas y las hace rentables. La mayor parte del espacio en Torre Atlántica, un edificio forrado en vidrio, lo ocupa Finsocial, una fintech que emite créditos, la cual fundó en 2012 con 15 personas. Ahora son más de 800 que llama ‘guerreros’. Sigue siendo su CEO, pero el año pasado vendió la totalidad de las acciones a inversionistas asesorados por Christofferson, Robb & Company (CRC).

“CRC pasó casi veinte años buscando el socio adecuado en América del Sur. Ahora que encontramos a Santiago Botero y a su equipo, estamos comprometidos a traer capital institucional para impulsar el crecimiento constante en Finsocial. Llevamos una camiseta de Finsocial los siete días de la semana”, comentó a Forbes Richard Robb, CEO de CRC. “El consumidor de clase trabajadora está desatendido por los bancos en Colombia. Desde que nos unimos a Santiago y a Finsocial, los préstamos han crecido alrededor de 50% anual, trayendo decenas de miles de los canales de crédito informales a los formales”.

Sin planearlo, el recorrido de Santiago como emprendedor serial arrancó cuando tenía 12 años en Medellín –donde nació y creció–, aprovechando que es hijo de un ganadero, vendía bolsas de cortes de carne a las amigas de su mamá.

Optó por convertirse en ingeniero agrónomo en la Escuela Agrícola Panamericana de Honduras, una escuela militar donde todos los días salía a ordeñar vacas y a fumigar, algo que dice, le enseñó a trabajar 24 horas siete días a la semana. Luego hizo un MBA en Incae, en Costa Rica y al terminarlo se fue a los Estados Unidos.

“Allá monté una comercializadora de productos tropicales. Vendí frijoles y fracasé vendiendo patacones enfriados, porque unos salían buenos y otros malos. En ese momento me quedé sin dinero y perdí el apoyo de mis padres porque querían obligarme a devolverme, así que me puse a vender paletas en las calles de Miami y después de eso decidí volver a Colombia”, relata Botero sobre sus experiencias de dos décadas atrás.

Al regresarse, empezó a entender el sistema financiero, desarrollando un negocio de financiamiento de motos para el Caribe colombiano, que desde entonces ha sido su hogar. A pocos meses de haber iniciado Finsocial, como un negocio de créditos de libranza para profesores y pensionados del sector público, reclutó como gerente financiero a Juan Manuel Puerto, que al venir de una fiduciaria, empezó a urgir por buscar validaciones de calificadoras.

“Santi es un gran ejemplo de lo que es un líder integral: cuenta con una clara visión estratégica, una gran habilidad financiera, además de inteligencia emocional y un enfoque social único”, afirma Puerto.

Emprendedor de toda la vida: desde los 12 años de edad, Botero mostró su talante como emprendedor. Hasta el momento no ha parado. Fotos: © Diana Rey Melo / Forbes.
Corrieron por seis meses para juntar toda la información que necesitaban para ser calificados por Fitch Ratings, que ha venido revisando la compañía desde 2014. En el último concepto, en mayo de 2022, les ratificó una perspectiva estable.

En Finsocial, Kandeo Asset Management –que logró una salida exitosa con la venta– inyectó US$25 millones en participación accionaria y en deuda, mientras que Morgan Stanley otorgó un crédito de US$125 millones.

“Eso permitió que el mundo nos conociera y que los bancos locales se empezaran a preguntar qué vieron ellos que no vimos nosotros”, cuenta Botero.

Con sellos como ese, Sura les otorgó un seguro único de 90%, que fue uno de los factores que les permitió desplegar recursos en medio de la pandemia.

“Pudimos originar a pesar de que no sabíamos qué iba a pasar y veíamos a mucha gente quedándose sin salario”, rescata Botero.

Meses antes de la venta, Santiago Botero fue admitido en la exclusiva red de emprendimiento de Alto Impacto Endeavor y meses después de la venta, Finsocial fue galardonada como la mejor empresa para trabajar en Colombia, según Great Place To Work, entre compañías de menos de 1.500 empleados.

Sin importar el cargo, a nivel nacional los empleados pueden acceder a auxilios educativos y si lo desean, la compañía asume una suscripción a un gimnasio. Quienes trabajan en la sede principal en Barranquilla, tienen ahí mismo peluquería y spa, cuyos servicios pueden obtener con descuentos.

“Kandeo tuvo la oportunidad de asociarse con Santiago Botero en Finsocial desde finales de 2017. Gracias a su liderazgo y espíritu emprendedor, de la mano de Kandeo, logramos conjuntamente crecer la empresa cerca de 15 veces en menos de dos años, manteniendo la calidad de la cartera crediticia”, refirió Eduardo Michelsen, socio de Kandeo Capital, el primer fondo institucional que creyó en Finsocial. “Es un placer tener socios como él.”.

Ahora Finsocial tiene más de 36.000 clientes, al implementar estrategias de analítica con un sistema de recomendaciones.

Desde su plataforma, entrega créditos en menos de 24 horas y ha lanzado llamativas líneas como Finsocar, con la que financian vehículos. Y parte vital de la operación es el brazo filantrópico que representa la Fundación Finsocial.

“Cuando Santiago Botero y yo tuvimos el sueño de crear la Fundación Finsocial, buscábamos llevar milagros a quienes más lo necesitaban, no nos imaginábamos que íbamos a impactar a casi 300.000 familias en 21 departamentos en Colombia con iniciativas de educación social y financiera, en las que hemos invertido US$11,9 millones para mejorar la calidad de vida de las comunidades más vulnerables”, asegura María Claudia García, presidente de la Fundación Finsocial. “Desarrollamos alianzas para llegar a la primera infancia, a jóvenes, mujeres, emprendedores, docentes del sector público, pensionados, víctimas del conflicto armado, personas privadas de la libertad, desplazados, minorías étnicas, migrantes y comunidad LGTBIQ+”.

El año pasado, Finsocial emitió $100.000 millones en bonos ordinarios sociales. Mientras que en 2017 facturaban $10.795 millones, números de una empresa mediana, en 2021 la compañía facturó $139.444 millones, un salto monumental que sustenta que hoy tengan un patrimonio de $70.000 millones, una cartera administrada de US$200 millones y que origine mensualmente US$10 millones en créditos. La meta para el mediano plazo es originar US$100 millones al mes.

Santiago Botero es un hombre católico que todos los días envía el evangelio a 2.000 personas. Por ello considera que su fe hace parte de su éxito. “Yo puedo tener madera, pero sin Dios nada de esto hubiera existido”, sostiene.

Un apasionado por el arte y por las motos, el CEO de Finsocial apunta que es de esos líderes que sabe delegar y empoderar a la gente, permitiendo que haya espacio para las equivocaciones.

“Yo no trabajo, yo juego a ser el #1”, agrega Botero, repitiendo una consigna que tiene marcada en una de las paredes de su oficina, que surgió luego de ver que su hijo disfrutaba pasar horas jugando Play Station, algo que cree que puede lograr alguien que le apasiona su trabajo. “Me gusta trabajar con gente que tenga iniciativa”.

Quienes trabajan a su alrededor comentan que la mayor parte del tiempo, la oficina de Santiago se mantiene con la puerta abierta y que cuando no está, deja un rompe tráfico con su foto y su teléfono de celular por si alguien lo necesita.

Finsocial fue apenas su punto de partida, ya que es uno de esos paisas que no paran de crear empresas. A estos días ha cofundado más de 25 compañías en sectores como fintech, insurtech, proptech, healthtech, data y software en Colombia, Ecuador y Estados Unidos.

“Yo prefiero meterme a compañías donde soy socio estratégico”, anota Botero. “Hay empresas que dan plata y no valen, otras que no dan plata y valen, pero a mí me gustan las compañías que dan plata y valen plata”.

Algunas de ellas son la proptech Home Capital en Colombia, la desarrolladora de software Red5G, la fintech de hipotecas Home Kapital Finance en Estados Unidos, la firma de analítica Trudata y la agencia digital de seguros Para Todos.

“Para nosotros es importante el Valor Interno Bruto, en donde innovamos viendo no solo lo que produzcas para que valgas plata, sino tener estándares, responsabilidad social y validadores, para que compañías internacionales te vean atractiva”, añade Botero.

Con todo ese ecosistema creado, armando un mapa por industrias, notó que con una empresa tras otra, había armado una company builder, la cual llamó SBO Lab. Los empresarios Mauricio Hoyos y Ricardo Leyva, reconocidos ‘tiburones’ inversionistas del programa Shark Tank Colombia, se unieron al equipo asesor.

Esa estructura, con esta ráfaga de compañías, llamó la atención de Luc Gerard, un peso pesado del capital privado en Colombia, fundador del fondo Tribeca, que a través de su firma Strategos Group, adquirió el 50% del portafolio de SBO Lab, ganando votos para impulsar las empresas.

“Santiago hace parte de esta clase de emprededor en serie que logra embarcar una cantidad enorme de proyectos a la vez, gracias a una capacidad de trabajo excepcional y un liderazgo y energía contagiosos que hace que los equipos a su alrededor se contagian y le copian. Siempre me impresiona que a cualquier hora del día contesta correos o mensajes. Además su pasión por la innovación y su inquietud y curiosidad para las ideas nuevas haga que atraiga muchos innovadores y creadores de empresa que quieren estar en su ecosistema.”, sostiene Luc Gerard, el nuevo accionista de SBO Lab, la cual describe como una incubadora de tercera generación que “participa en la creación y en el desarollo del proyecto empresarial alrededor de un ecosistema de micro y mini financiación”.

Gerard cree que juntos saben a quién financiar y cómo financiar en diferentes industrias.

Con esta hoja de ruta trazada, Botero se ha propuesto ir a buscar recursos en la Bolsa de Nueva York, ya sea para Finsocial o para SBO Lab en los próximos años. “Cuando se llega allá se puede acceder a recursos de una forma más barata”, argumenta Santiago, que por fuera de SBO Lab participó como ángel inversionista en cuatro compañías adicionales, en las que dice, no vio las ideas, sino las personas detrás.

Con todo el ecosistema del que participa, Botero ha ayudado a la creación de más de 2.000 empleos directos.

“Para mí el dinero no es el objetivo, es el resultado de hacer bien las cosas”, concreta Botero.

Por: FORBES

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