Lo que dicen las exportaciones.
A pesar de los avances en diversificación, las ventas externas de Colombia siguen impulsadas por el petróleo y por la minería. Son sectores a cuidar.
En el primer semestre de este año Colombia registró ventas al exterior por más de 28 mil millones de dólares, un 57,4 por ciento más que lo reportado en el mismo período de 2021. De acuerdo a las cifras del Dane, el petróleo y sus derivados impulsaron este salto de las exportaciones nacionales con un crecimiento de 69 por ciento en los primeros seis meses de 2022. Esto es, uno de cada tres dólares que Colombia comerció internacionalmente vinieron de la industria del crudo.
Junto a los hidrocarburos las exportaciones de carbón, impulsadas por las condiciones externas derivadas de la guerra rusa en Ucrania, se elevaron en la primera mitad del año aproximadamente en 159,5 por ciento. En conjunto los productos de las industrias extractivas aumentaron sus ventas en un 89,9 por ciento en este período en comparación con el año pasado.
Si bien el grupo agropecuario y de alimentos y el de industrias manufactureras aumentaron 38,3 y 34,6 por ciento respectivamente, la máquina exportadora colombiana continúa moviéndose por petróleo y minería. Y esta fotografía del comercio exterior nacional, actual y lejos de ser la ideal, contrasta con los mensajes recientes de incertidumbre que el gobierno electo ha enviado en este período de transición.
Por lo anterior no genera mayor sorpresa que Ecopetrol, la empresa más grande del país, haya anunciado ayer los mejores resultados semestrales de su historia. La petrolera estatal reportó ganancias por 17,1 billones de pesos, superando en seis meses las utilidades generadas durante todo el año pasado. Este desempeño productivo de la compañía se está registrando en medio de sombrías perspectivas ante la intención del nuevo gobierno de Gustavo Petro de suspender las futuras exploraciones petroleras en el país.
Si por el frente de los hidrocarburos llueve, por el de la minería no escampa. Una de las “propuestas para los primeros cien días” de la administración entrante, definidas por el equipo del empalme presidencial y contenidas en su informe, invita al presidente Petro a “declarar una moratoria minera”. La drástica decisión permitiría, de acuerdo al documento, “revisar el cumplimiento de obligaciones y los acuerdos de coordinación y concurrencia”, así como “establecer el potencial del país en materia de minerales estratégicos para la transición energética” y “diseñar un nuevo modelo minero”.
Bajo el entendido que este informe de empalme contiene recomendaciones de agenda, mas no posturas en firme, la sola sugerencia de intervención drástica a un sector tan crucial en las exportaciones nacionales despierta inevitablemente temores e incertidumbres en los distintos actores empresariales, sociales y regionales. Aunque durante la campaña el presidente electo Petro fue inequívoco en su abordaje crítico a la actividad minera, existen múltiples avenidas para una reforma del sector sin pasar por una moratoria sin un final en el horizonte.
En conclusión, en momentos en que las industrias extractivas -petróleo y carbón- disparan las exportaciones colombianas, el nuevo gobierno viene enviando unas señales confusas sobre el futuro cercano de estos sectores protagonistas de la economía nacional. Los próximos ministros de Minas y Energía y de Comercio – aún sin designar en el momento de escribir este editorial- enfrentarán el doble desafío de aclarar el panorama para las industrias petrolera y minera, así como de impulsar una necesaria y urgente diversificación de las ventas externas del aparato productivo nacional.
Por: PORTAFOLIO