Análisis | La Colombia que le quedó al nuevo Gobierno de Petro.
Aunque es una de las economías que más crece en la región, al nuevo presidente, Gustavo Petro, le queda de tarea volver a bajar el desempleo a un dígito, combatir la informalidad, mejorar la cobertura en protección social y, por supuesto, cerrar el hueco fiscal del país.
Días antes de la segunda vuelta presidencial se leía en los mensajes de las vallas publicitarias de los candidatos Rodolfo Hernández y Gustavo Petro que su propuesta era sinónimo de “cambio”. Esa era la promesa de ambas campañas e, independientemente de las corrientes políticas, los colombianos salieron a votar el pasado 19 junio por un cambio… ¿Pero qué es lo que hay que reformar?
Las cifras que ha mostrado la economía colombiana han sido, sin duda alguna, mejores de lo esperado por los analistas. Tanto así que promete ser la economía que más crece entre los otros 37 miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde).
Sin embargo, ese ritmo no será el mismo en los próximos años, pues como dicen las mismas estimaciones de la cartera de Hacienda, la economía crecería 3,2% en 2023, lo que significó una reducción de seis puntos básicos frente a una proyección inicial de 3,8%.
Colombia, con una pandemia de por medio, demostró ser una de las economías más resilientes de América Latina, por lo que las expectativas de crecimiento para este año oscilan entre el 4% y 6,5% para los más optimistas, como el Ministerio de Hacienda.
A eso hay que sumarle los ajustes que requiere el mercado laboral, el sistema pensional y, por supuesto, el sistema tributario colombiano, que para expertos consultados por Forbes son algunos de los temas urgentes que tiene que revisar el próximo gobierno.
El hueco fiscal
Menos de una semana antes de que el país supiera quién llegaría a la Casa de Nariño, el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, presentó a analistas económicos, medios de comunicación y a la ciudadanía colombiana cuál iba a ser la foto de las finanzas públicas en los próximos 10 años en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP).
Entre los mensajes principales que dejó esa presentación es que Colombia ha empezado a reducir su deuda pública antes de tiempo y que el déficit fiscal era menor de lo esperado, por lo que una reforma tributaria para los próximos meses no sería tan urgente.
“Estamos previendo para este 2022 que el grueso del impacto de materia petrolera se va a dar en 2023, eso significa que ahí es cuando tendremos mayor impacto de esa bonanza. He dicho también que la coyuntura económica ha venido mejorando el recaudo tributario y, en el marco de esa dinámica económica, podemos decir que esta nueva realidad económica, sumado al ajuste gradual y ordenado de las finanzas públicas, en buena medida logró cerrar las necesidades coyunturales de corto plazo en materia tributaria”, dijo ese día Restrepo.
Pese a ese mensaje de alivio que dejó el funcionario y sus cuentas más optimistas por un mayor recaudo y el aumento de los precios del petróleo, que han favorecido a Colombia, el presidente electo Gustavo Petro empezó a enviar mensajes a la opinión pública, también a través de sus asesores económicos, en los que apunta que sí hará una reforma tributaria pronto y con una meta de recaudo ambiciosa.
Aunque el anuncio no ha caído bien entre algunos sectores, lo que han manifestado los expertos es que los alivios fiscales que ha tenido el país son de corto plazo y hay que solucionar los problemas de fondo.
Para María Fernanda Valdes, PhD en economía y coordinadora de la Fundación Friedrich Ebert Stiftung en Colombia (Fescol) y también parte del equipo de empalme del gobierno entrante, aunque el MFMP muestra que gracias al aumento de los precios de los commodities y al mayor crecimiento de la economía, el recaudo tributario ha aumentado, la situación fiscal del país sigue siendo difícil y el recaudo como porcentaje del PIB sigue siendo muy reducido bajo cualquier comparación internacional.
“Además, dado que este aumento del recaudo está explicado principalmente por una coyuntura particular internacional, no son recursos con los que se pueda contar a largo plazo. Por lo tanto, una reforma tributaria estructural, que logre llevarnos a recaudar al menos lo que recauda el promedio de la región (24% del PIB), acabando con beneficios tributarios, bajando los impuestos a las empresas y subiendo el recaudo de las personas, sobre todo de las más ricas, sigue siendo necesaria incluso bajo el mejor panorama fiscal que mostró el MFMP. Una reforma estructural ya podría evitar reformas tributarias cada 1,5 años, lo que daría mucha certeza a los actores económicos”, dice.
En ese mismo punto, Mauricio Santamaría, presidente del centro de estudios económicos Anif, dijo que “sorprende que el Marco sugiera que el próximo gobierno, e incluso también el siguiente, van a recibir las finanzas públicas tan sanas que no se requerirá una modificación seria de nuestro sistema tributario. No podemos confundir un alivio en las cuentas públicas con la desaparición del problema para recaudar ingresos tributarios sostenibles y permanentes”.
Por eso es que la prioridad, según le confirmó a Forbes el equipo económico de Petro, será una reforma tributaria que, esperan analistas y el mercado, sea una que resuelva los problemas estructurales del sistema tributario.
¿Trabajo sí hay?
A los problemas de recaudo y déficit fiscal hay que sumarles varias tareas de fondo, como las de bajar el empleo a un dígito, preparar la economía para su transformación productiva y mejorar el acceso a seguridad social y una vida digna de los ciudadanos.
En esa línea, el país ha hecho varios ejercicios para explorar cuáles son los caminos que podría transitar Colombia para resolver viejos problemas a través de la Misión de Empleo, la Misión de internacionalización, la Comisión de Expertos en Beneficios Tributarios, numerosos análisis desde la academia y con ejercicios que han hecho centros de estudios como Anif o Fedesarrollo.
Entre las conclusiones de estos ejercicios está que, por un lado, Colombia debe impulsar la creación de empleo a través de menores cargas a las empresas, más formación para el trabajo y el fortalecemiento del sistema de protección social para que haya más personas cubiertas, sobre todo a la hora de acceder a una pensión.
Por ejemplo, Fedesarrollo plantea que se reformen las contribuciones que hacen los asalariados a salud, con el fin de que se haga un aporte de acuerdo a su nivel de ingresos, que puede ser inferior al salario mínimo.
En cuanto al sistema pensional, según las cifras que presentó la Misión de Empleo, el sistema actual funciona de tal manera que se ha convertido en una pesada carga fiscal que no implica mayor acceso a una pensión, por lo que hay que revisar las salidas para que más personas estén cubiertas por el sistema, pues actualmente solo los que tienen ingresos del mínimo pueden aportar.
A esa foto difícil en materia de cobertura pensional, pues solo uno de cada cuatro adultos logra hacerlo según cuentas de Mauricio Olivera, director de Econometría, se le suma una transformación de las actividades productivas del país que también pueden eliminar empleos por un lado y crear por otros.
Para Juan Daniel Oviedo, director del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), la composición de la economía colombiana está cambiando de tal manera que hay un peso más importante en las actividades terciarias, que son las de servicios, por lo que el próximo gobierno tendrá que buscar alternativas para que las personas puedan estar preparadas para esos trabajos del futuro.
Eso quiere decir que el plan que tiene el nuevo presidente de impulsar sectores en los que Colombia tiene potencial como la manufactura, el agro o la tecnología, tiene que venir acompañado de un plan que les dé las herramientas a trabajadores de áreas que vienen de sectores como el petrolero, para que puedan transformar sus carreras.
En lo que coinciden los expertos es que, si bien la economía marcha a buen ritmo y el sector privado ha demostrado ser resiliente en momentos de crisis, hay que salir del modo pospandemia para pensar en un proyecto de país que cree empleo en los sectores que lo necesitan, tenga la capacidad de sanear las finanzas públicas y le dé mayor cobertura en materia de protección social a los ciudadanos que votaron por un verdadero cambio.
Por: FORBES