Los libros que ha reciclado José Ernelso, lo han instruido en su diario vivir.

Reciclar le ha permitido a José Ernelso Palacio Rúa, amar un oficio en el que lleva toda su vida. Desde muy temprano, empieza a construir el sueño diario de su familia y la ilusión de algún día ser un profesional en biología o ingeniería ambiental. Mientras tanto sigue recorriendo con pasión las calles de El Poblado, recuperando todo el material y separando lo que le sirva a él y a su hogar.
Marcelo Montoya Acevedo
@tintamojadaprensa
Cumplir 63 años reciclando no es un cuento que le echa todo el mundo a uno y que además, sea fácil de creerlo. Pues la historia la cuenta José Ernelso Palacio Rúa, un reciclador que arrancó a los 4 años en este oficio acompañando a sus padres, quienes le entregaban una bolsa de papel con dos o tres cartones para que cargara durante el recorrido y fuera metiéndose en la piel y la vida de ellos.
Junto a sus padres, José Ernelso se madrugaba desde muy temprano para recolectar en el centro de la ciudad, todo lo que les sirviera a ellos, para vender en “Guayaco”, el sector comercial de Medellín y en el que por muchos años, estuvieron asentadas diferentes bodegas de compra de chatarra.
Después, cuando la infancia de José Ernelso fue transcurriendo y cumplió sus 9 años de edad, pasó de ser el ayudante de sus padres, a gritar al pie de una carreta y junto a otro reciclador, una frase muy popular y tradicional en el gremio de los recicladores: “se compra toda clase de chatarra”, frase que se escuchaba desde el centro de Medellín, hasta el barrio Miraflores en la Comuna 9 – Buenos Aires, por toda la vía conocida como las Mellizas.

José Ernelso quedó huérfano pasados los diez años de edad, y con las manos ya curtidas de tanto recolectar material en las calles, y de aguantarse más de una vez que lo llamaran «gallinazo humano«, siguió el oficio que le heredaron sus padres, con el mismo que hasta el día de hoy le ha permitido asegurar un hogar junto a su esposa y darle educación a sus hijos.
Madrugador en busca del sustento
Por eso cuando el reloj marca las 2:00 a.m., y con solo tres horas ajustadas de sueño, porque desde pequeño se acostumbró a no dormir tanto, José Enerlso se levanta y empieza a organizarse, y así poder salir de su casa en el barrio Moscú # 2, ubicado en la Comuna 1 – Popular, después de las 3 y 30, para iniciar una nueva jornada en compañía de su carreta, que casi siempre está guardada en un parqueadero en Carabobo con los puentes, y emprender un recorrido que lo llevará por todo el barrio El Poblado, en la Comuna 14, hasta la frontera con Envigado.
«Cuando estaba estudiando la nocturna, para graduarme me tocaba muy duro. Terminar mi jornada como reciclador y salir corriendo a estudiar y después al acabar los estudios, llegar a cumplir con las tareas y ahí se me iba el tiempo y terminaba acostándome a las 12 y 30 de la madrugada, para luego despertarme bien aeme y salir a mi jornada del diario vivir», expresa con satisfacción Palacio Rúa.
En su ruta y en sus más de 60 años de labores al lado del reciclaje, historias son las que han enmarcado la vida de José Ernelso, el mismo que es feliz recogiendo libros con los que se instruye. Y los que en algún momento, fueron el incentivo para terminar su primaria y bachillerato hace unos seis años.
“Yo empiezo a reciclar desde ahí, todo lo que se me atraviese y le encuentre uso, lo monto. Muchas cosas con valor y de decoración, he llevado a mi casa, mi esposa siempre me molesta y me pregunta que para qué traje eso, yo le respondo que aquí nos puede servir o quedar bonito en algún lado”, asegura Palacio Rúa, el mismo que en sus recorridos, se ha encontrado con fetos de bebés en muchas ocasiones, arrojados en los residuos.
José Ernelso, con su palabra precisa, asegura que en sus 63 años como reciclador de oficio, siempre quiso estudiar y construir un mejor porvenir para él y los suyos, y aunque no lo pudo lograr en su infancia, se siente feliz al poder realizarse como bachiller con el esfuerzo de su trabajo y que también con este, ha podido ofrecerle educación a sus hijos. Pero los anhelos y sueños de José, van más allá, él tiene claro que algún día será profesional, se ve como un biólogo marino o como un ingeniero ambiental, mientras tanto, cumple muchas profesiones y oficios desde el reciclaje.
“Nosotros aquí sabemos de todo, tenemos que ser ingenieros, químicos, yerbateros, cerrajeros, mandaderos y una cantidad de cosas, porque tenemos que saber qué recuperamos, qué sirve y cómo lo reutilizamos o lo empacamos”, cuenta con algo de nostalgia José Ernelso, el mismo que soñó alguna vez ser biólogo marino.
En sus recorridos, José Ernelso siempre tiene claro un objetivo, causar el menor perjuicio a los habitantes de los diferentes barrios donde recolecta el material para reciclar. Sabe que con sus carretas y sus costales enormes, pueden en algún momento ocasionar congestión o desorden, pero que buscan siempre, procurar tener una ciudad limpia y en mejores condiciones para el medio ambiente y sus habitantes, a los que les pide de manera especial, que separen correctamente los residuos y reutilicen todo lo que puedan.
Créditos foto: cortesía Secretaría de Medio Ambiente de Medellín.