Así influye estar alegre en tu cuerpo.
¿Con ganas de dar saltos de alegría? ¿Qué sucede dentro de tu cuerpo cuando estás contento?
La alegría, esa emoción feliz y optimismo que puede ser provocada por un gran evento como el anuncio del nacimiento de un bebé o por algo tan sencillo como encontrar la fruta perfecta en el mercadillo ecológico, tiene un gran impacto en nuestro organismo.
A nivel emocional, podemos sentir alegría en una gran variedad de formas: con euforia, con llanto, con una profunda sensación de satisfacción y muchas más.
A nivel científico, sentimos alegría en nuestros neurotransmisores, que son pequeñas células químicas “mensajeras” que transmiten señales entre las neuronas y otras células del cuerpo. Esos neurotransmisores son responsables de los procesos y sentimientos en casi todos los aspectos del cuerpo, desde el flujo sanguíneo hasta la digestión.
Beneficios de estar alegre
-promueve un estilo de vida más saludable
-mejora el sistema inmune
-combate el estrés y el dolor
-aumenta la longevidad
Cada emoción que sientes afecta a tu cerebro y viceversa, y es que el cerebro no tiene un solo centro emocional, sino que las distintas emociones involucran estructuras diferentes.
Por ejemplo, el lóbulo frontal (comúnmente conocido como el “panel de control” del cerebro) monitorea nuestro estado emocional, mientras que el tálamo (un centro de información que regula la conciencia) participa en cómo se ejecutan las respuestas emocionales.
Sentimos alegría en nuestros cuerpos debido a la liberación de dopamina y serotonina, dos tipos de neurotransmisores en el cerebro. Ambas sustancias químicas están fuertemente asociadas con la felicidad (de hecho, las personas con depresión clínica a menudo tienen niveles más bajos de serotonina).
Así, cuando algo nos hace feliz, el cerebro recibe la señal para liberar estos químicos en el sistema nervioso central, lo que causa reacciones en otros sistemas del organismo, por ejemplo, el sistema circulatorio.
¿Alguna vez has notado que cuando te sientes especialmente feliz, tu cara se sonroja o tu corazón se acelera?
Esto se debe al efecto de la alegría en el sistema circulatorio. Por supuesto que la alegría no es la única emoción que influye en este sistema: el miedo, la tristeza y otras emociones también pueden causar reacciones. Si te sientes deprimido, actividades sencillas como salir a caminar por la naturaleza, acariciar a un perro o un gato o besar a un ser querido pueden ayudar a que esos neurotransmisores hagan su trabajo y mejoren tu estado de ánimo.
El sistema nervioso autónomo también se ve influido por los sentimientos de alegría y euforia. Es el sistema corporal responsable de todo lo que hace nuestro cuerpo sin esfuerzo consciente, como la respiración, la digestión y la dilatación de las pupilas.
Por ejemplo, la respiración puede aumentar cuando estamos haciendo algo particularmente divertido (como subirse en una montaña rusa) o disminuir la velocidad cuando participamos en una actividad placentera más relajante (como caminar por el bosque).
“Sonreír puede engañar a tu cerebro al elevar tu estado de ánimo, disminuir tu ritmo cardíaco y reducir tu estrés. La sonrisa no tiene que estar basada en una emoción real porque fingirla -o sonreír sin ganas- también funciona“, explica Diana Samuel, del Columbia University Medical Center (EE. UU.)
Es bien sabido que tus pupilas se dilatan cuando estás excitado sexualmente, pero también pueden aumentar o reducirse con otros estados emocionales.
Otros aspectos autónomos que pueden verse afectados por la alegría son la salivación, la sudoración, la temperatura corporal e incluso el metabolismo.
Cualquier tipo de excitación emocional también puede afectar a los músculos lisos que se encuentran en las paredes de los órganos huecos (como el estómago, los intestinos y la vejiga).
Estos músculos involuntarios son responsables de funciones como el flujo sanguíneo y el movimiento de los alimentos a través del tracto digestivo, por lo que podría ser una razón por la que el apetito aumenta o disminuye cuando sentimos emociones positivas.
Entonces, ¿qué viene primero, la emoción o la respuesta corporal?
Es difícil decir qué es lo primero porque los sentimientos y la fisiología están inextricablemente vinculados.
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